jueves, 20 de marzo de 2014

TRASTORNO DE DEFICIT DE ATENCION CON O SIN HIPERACTIVIDAD (TDAH)

El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH), es un trastorno que se inicia en la infancia y se caracteriza por dificultades para mantener la atención, hiperactividad o exceso de movimiento e impulsividad o dificultades en el control de impulsos.

Se establece 3 subtipos del TDAH, según la presentación del síntoma predominante:

- Tipo con predominio del déficit de atención

- Tipo con predominio de la impulsividad- hiperactividad

- Tipo combinado, donde predominan tanto los síntomas de desatención como de impulsividad-hiperactividad.

Este patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad, es más frecuente y grave que el observado habitualmente en sujetos de un nivel de desarrollo similar. Es importante distinguir el TDAH de comportamientos propios de la edad en niños activos, retraso mental, situaciones de ambiente académico poco estimulante y sujetos con comportamiento negativista desafiante.

A continuación vamos a definir de forma más extensa cada síntoma:

ATENCIÓN: se ha comprobado que el rendimiento de los niños con TDAH disminuye claramente ante tareas poco novedosas o repetitivas. Si la tarea es novedosa, el rendimiento inicial es bueno, deteriorándose a medida que se hace monótona y aumentando la probabilidad de abandono. La atención del niño con TDHA, suele ser dispersa y alterarse con cualquier estímulo irrelevante, mantener la atención en las condiciones normales de una clase, puede dificultar en gran medida que el niño centre su atención en la tarea. Cuando el síntoma predominante es el déficit de atención, es más difícil detectarlo, puesto que no se presentan en tan alto grado problemas de comportamiento. Con frecuencia, estos niños son tildados de despistados, pasivos y desorganizados, no molestan en el aula pero tampoco aprenden, su rendimiento no resulta satisfactorio y a veces hay dudas sobre sus capacidades a pesar de que estas sean normales.

IMPULSIVIDAD: equivale a una falta de autocontrol o incapacidad para inhibir la conducta, presentan dificultades para inhibir- parar la respuesta espontánea. Tienen dificultades tanto para controlar su conducta como para controlar las emociones como para controlar sus pensamientos.

HIPERACTIVIDAD: se define la actividad excesiva o inapropiada, ya sea motora (de movimiento) o vocal (hacer ruiditos constantemente con la boca, tararear…) Se diferencia de la conducta simplemente “activa” que muestran algunos niños, jóvenes y adultos en el sentido de tratarse de inquietud no dirigida a fines concretos y productivos, causando problemas de adaptación significativos al niño que padece el trastorno. Este es el síntoma más llamativo del trastorno y por el cual la mayoría de veces los profesores alertan a los padres.

En cuanto a la causa de este trastorno, existen evidencias médicas y científicas acerca de que el TDAH es una condición disfuncional neurobiológica, donde la existencia de patrones disfuncionales neuroquímicos y neuroanatómicos en ciertas áreas cerebrales como son las zonas prefrontales y orbito frontales, especialmente dañadas y que presentan una disfunción neurofisiológica significativa.

La prevalencia del trastorno se sitúa entre el 7% y el 10% en niños de edad escolar, con mayor incidencia en varones. Los datos sobre la adolescencia y la edad adulta son imprecisos. 

El tratamiento se considera debe ser multimodal, en este están implicados uno o varios profesionales clínicos, maestros-profesores, padres y el propio sujeto. Se requieren de distintas intervenciones:

- Intervención psicológica

- Intervención educativa o escolar

- Intervención farmacológica (si es necesaria)



ROCIO GAY PEREZ

jueves, 27 de febrero de 2014

LOS PROBLEMAS MENTALES CAUSAN MAYOR ESTIGMA EN LAS FAMILIAS QUE LOS PROBLEMAS FISICOS



Un estudio realizado en España y en otros 27 países, encontró que las familias donde un miembro tiene una condición mental sufren más discriminación que las familias que tienen un miembro con una enfermedad física.

Otras investigaciones habían estudiado la vergüenza internalizada y el estigma sufrido por el individuo con un trastorno mental. Lo que aporta este nuevo estudio es una evaluación del grado en que un miembro de la familia puede sentirse avergonzado cuando un familiar cercano sufre de problemas de alcohol, drogas u otras condiciones mentales versus las enfermedades médicas generales. Los familiares de los pacientes con problemas mentales sienten más estigma que aquellos con condiciones físicas.

Los resultados fueron presentados en la revista Psychological Medicine y muestran que ambas situaciones (físicas y mentales) agregan un peso extra a los miembros de la familia. “Sin embargo, lo más notable es que los familiares de los pacientes con problemas mentales sienten más estigma que aquellos con condiciones físicas”, sostiene Jordi Alonso, investigador español que formó parte de las evaluaciones.


La OMS explica que las personas que sufren de condiciones mentales están expuestas a considerables violaciones de los derechos humanos en todo el mundo. Además, esta estigmatización pone en riesgo el tratamiento y aísla a los individuos que sufren.
“Las personas con enfermedades mentales tienen que afrontar diariamente la discriminación en la educación, el trabajo y la vivienda. En algunos países ellos sufren de distintos tipos de abusos como por ejemplo: la negación del derecho a votar, casarse o tener hijos.

¿Cómo podemos reducir o eliminar la discriminación respecto a la salud mental? La OMS propone las siguientes estrategias:
·         Incrementar la conciencia de la población;
·         Mejorar los derechos humanos en los servicios de salud mental;
·         Empoderar a los usuarios de los servicios de salud mental y sus familias;
·         Reemplazar las instituciones psiquiátricas por servicios de salud comunitarios;
·         Mejorar la inversión y adoptar políticas, leyes y servicios que promuevan los derechos humanos en esta población.

Los datos demuestran que todavía existe una tendencia internacional de estigma sobre las enfermedades mentales y nos recuerdan que debemos iniciar campañas anti-estigma que incluyan no sólo a los individuos sino también a la familia como foco de atención.

Olga García 

jueves, 20 de febrero de 2014

LAS MEDIDAS COERCITIVAS EN SALUD MENTAL

El uso de medidas coercitivas hace referencia al uso de todas aquellas  formas de tratamientos y medidas adoptadas en Unidades Hospitalarias, con la finalidad de controlar y  reducir las conductas violentas dirigidas hacia sí mismo o hacia los demás. El uso de la coerción en salud mental es un problema ético importante en la práctica de la psiquiatría y la psicología clínica, y sigue siendo una tarea todavía pendiente. Aunque hemos avanzado respecto al pasado siglo en el tratamiento del enfermo mental, todavía hay mucha falta de regulación sobre el tema, y mucho estigma social relacionado.

Actualmente, entre las medidas y tratamientos coercitivos formales se encuentran:



·     Internamiento  involuntario o forzoso: Modalidad de internamiento que se justifica en base a la peligrosidad del paciente hacia sí o hacia terceros o bien por necesidades de tratamiento.
·     Aislamiento terapéutico: Se define como la ubicación de un paciente en una habitación cerrada, destinada (la habitación, la medida o ambos) a la separación del paciente de su entorno.
·     Inmovilización terapéutica: Hace referencia a la fijación o sujeción de al menos alguno de los miembros del paciente mediante dispositivos mecánicos. Consiste en el uso de procedimientos físicos o mecánicos dirigidos a limitar los movimientos de parte o de todo el cuerpo de un paciente a fin de controlar sus actividades físicas y protegerlo de las lesiones que pudiera infligirse a sí mismo o a otros.
·   Tratamiento  médico forzoso: Consiste en la implantación de terapias sin contar con la voluntad personal del paciente.


Torres y Barrios (2007) establecen una serie de requisitos para la práctica de una intervención involuntaria. Estos requisitos son:

·         El sujeto tiene un trastorno mental.
·         El trastorno mental debe ser de entidad.
·         Es precisa una evaluación clínica, que debe identificar con claridad los indicios y síntomas.
·         Las condiciones personales representan un riesgo significativo de daño grave para sí o para otros.
·         Tanto el tratamiento como el internamiento han de tener un objetivo terapéutico.
·         No está disponible otro medio menos restrictivo para proporcionar una adecuada asistencia, respetándose así el principio de menor restricción.
·         La opinión del paciente ha de ser tenida en consideración, lo cual ha de documentarse.
·         La intervención es en beneficio directo de la persona concernida.

Sonia Estrella 


jueves, 13 de febrero de 2014

LAS ENEFERMEDADES PSICOSOMATICAS

El término psicosomático hace referencia por un lado a la mente (en griego psique) y por otro lado al cuerpo (soma). Entonces, las enfermedades psicosomáticas son aquellas que se originan en la mente pero que se manifiestan en el cuerpo.

Una persona presenta somatizaciones cuando manifiesta uno o más síntomas físicos y tras un examen médico, estos síntomas no se pueden explicar. Hay que tener en cuenta que dichos síntomas son desmesurados en comparación con lo que la enfermedad ordinaria podría manifestar.

Entre las causas principales que generan este tipo de enfermedades se pueden encontrar en primer lugar causas psicológicas que suponen tan solo un 25% en el desarrollo de estas enfermedades. La ansiedad ante una situación que no podemos controlar, el estrés que genera el ritmo de vida tan acelerado, la baja autoestima unida a la ausencia de seguridad en uno mismo, la depresión que se encuentra ligada a pensamientos negativos o por último situaciones puntuales o que se alargan en el tiempo que nos generan un alto impacto emocional.

El 70% de las causas de estas enfermedades se deben a factores que no podemos controlar, de ahí que se denominen  naturales, entre las que se encuentra el propio funcionamiento del organismo. Aunque también podríamos incluir los malos hábitos de sueño o la falta de ejercicio físico que ayuda a mejorar alguna de las causas psicológicas.

Son numerosos los síntomas que se pueden manifestar en cualquier parte del cuerpo. Desde dolores de cabeza, vértigos, ceguera, taquicardias hasta náuseas, vómitos, estreñimiento, diarrea.

A partir de estos síntomas, podemos llegar a desarrollar por ejemplo dolor abdominal crónico, bronquitis, hipertensión incluso trastornos menstruales. El acné tan común entre los adolescentes puede deberse a una de las causas comentadas anteriormente. 


Carmen Mª Chica





 

jueves, 6 de febrero de 2014

LAS AGNOSIAS



¿Cómo sería la vida de una persona que ve perfectamente, pero que no es capaz de reconocer los rostros de sus seres queridos? ¿Y el caminar por una calle percibiendo cada detalle pero sin darnos cuenta de que es el barrio por el que transitamos cada mañana? Esto es lo que le ocurre a los pacientes que sufren de agnosia.

La agnosia consiste en la incapacidad o la pérdida de la facultad para reconocer personas o cosas. Implica un déficit en la atribución de significados a estímulos sensoriales. En estas personas los órganos sensoriales encargados de la visión, audición o el tacto funcionan correctamente. Sin embargo, se ve afectada la última fase del proceso perceptivo, en las áreas asociativas de la corteza cerebral. 

Existen distintos tipos de agnosia. Por un lado, existe la agnosia auditiva, en aquellos pacientes que no pueden reconocer estímulos que se reciben por la vía auditiva. En el caso concreto de la amusia, lo que se afecta es el reconocimiento de las características musicales como el tono, la melodía o el ritmo. También existen la agnosia olfatoria o anósmica, y la asterognosia, que impide el reconocimiento de los objetos a través del tacto. Tal vez la versión más dramática sea la agnosia visual, pues quienes la presentan no reconocen las caras ni los objetos de su día a día. 

La agnosia visual suele ser frecuentemente el resultado de una lesión en el cerebro, concretamente en las áreas receptoras secundarias situadas en el tálamo. Esta lesión puede deberse a un traumatismo craneoencefálico, a un accidente cerebrovascular (ictus), meningitis, demencia, intoxicación por monóxido de carbono u otros desórdenes neurológicos.

Dentro de la agnosia visual hay diferentes síntomas que o no experimentarse y constituir un síndrome. Muchos de ellos constituyen en sí mismos diferentes subtipos de agnosias. Lissauer propuso una clasificación de las agnosias según su etapa perceptiva. Distinguimos de esta manera dos tipos:

- Agnosia visual aperceptiva: El cerebro recibe bien la imagen pero es incapaz de acceder a su estructuración perceptiva (completar formas, emparejar objetos similares…). Interpretan la imagen como las piezas de un puzzle sin montar, siendo incapaces de ver la imagen como un todo. Las personas son conscientes de los objetos (saben qué es un paraguas ya que lo han visto anteriormente y lo han usado) pero si ven uno cerrado pueden decir que es un bastón (si ven el mango).

- Agnosia visual asociativa: Los sujetos poseen integridad de la percepción pero poseen un problema de reconocimiento de lo que ven. Los pacientes pueden describir escenas visuales y clases de objetos, a pesar de no poder reconocerlos. Pueden, por ejemplo, saber que un tenedor es algo con lo que comen, pero podrían confundirlo con una cuchara. 

De momento no existe ningún tipo de cura para la agnosia visual, pero una rehabilitación puede mejorar sensiblemente la situación de quienes lo sufren. 

Sonia Estrella 

jueves, 30 de enero de 2014

TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO


Obsesiones. Son pensamientos perturbadores e irracionales -- ideas o impulsos no deseados que se generan repetidamente en la mente de la persona. Una y otra vez aparecen pensamientos molestos, por ejemplo "Mis manos están contaminadas; me las tengo que lavar"; "Creo que dejé la estufa encendida"; "Voy a lastimar a mi hijo." En cierto nivel, la persona sabe que estos pensamientos obsesivos son irracionales, pero en otro nivel teme que los pensamientos sean verdaderos y tratar de evitar esas ideas crea muchísima ansiedad.

Compulsiones. Son rituales repetitivos como lavarse las manos, contar, revisar, acumular o arreglar cosas. La persona repite estas acciones, quizá porque siente un alivio pasajero, pero no se siente satisfecha ni tiene la convicción de que ha concluido la acción. Las personas que sufren del trastorno obsesivo-compulsivo sienten que deben realizar estos rituales o algo malo va a pasar.

En algún momento dado, la mayoría de las personas tienen pensamientos o comportamientos obsesivos. El trastorno obsesivo-compulsivo ocurre cuando alguien siente obsesiones y compulsiones durante más de una hora todos los días, de una manera que interfiere con su vida.

Este trastorno puede sufrirlo todo tipo de personas sin importar su grupo social o étnico, o si es hombre o mujer. Por lo general, los síntomas comienzan durante la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta.

Se ha acumulado gran cantidad de evidencia científica que sugiere que el trastorno obsesivo-compulsivo es el resultado de un desequilibrio químico en el cerebro. Durante muchos años, los profesionales del campo de la salud mental supusieron erróneamente que el trastorno obsesivo-compulsivo era el resultado de una "mala crianza" o de defectos de la personalidad, pero en los últimos 20 años se ha comprobado que esto no es cierto. Los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo no se alivian con psicoanálisis ni otras formas de "terapia de conversación," pero sí existe evidencia de que la terapia del comportamiento puede ser eficaz, ya sea por sí sola, o combinada con medicamentos. Las personas obsesivo-compulsivas con frecuencia dicen "por qué" tienen esas ideas obsesivas o por qué se comportan compulsivamente, sin embargo, las ideas y los comportamientos persisten.

Los investigadores clínicos han vinculado ciertas regiones del cerebro con esta enfermedad. Han descubierto una fuerte relación entre la sustancia química cerebral llamada serotonina y la obseso-compulsión. La serotonina es un neurotransmisor que ayuda a que las neuronas se comuniquen entre sí.

Asimismo, en personas que sufren de este trastorno, los científicos han observado un aumento en el metabolismo de los ganglios basales y el lóbulo frontal del cerebro. Los científicos creen que esto causa movimientos repetitivos, pensamiento rígido y falta de espontaneidad. Las personas que sufren el trastorno obsesivo-compulsivo con frecuencia también tienen altos niveles de la hormona vasopresina. Para decirlo de manera más sencilla, hay algo en el cerebro que se ha quedado "estancado", como si fuera disco rayado.

Rocío Gay

jueves, 23 de enero de 2014

PROBLEMAS DE SUEÑO

El descanso es esencial para nuestro organismo tanto o más, que hacer deporte o una alimentación saludable. Un descanso adecuado nos va permitir cumplir con los requerimientos de la vida diaria, además nos va a permitir controlar el estrés y tener un mejor estado de ánimo.

Un sueño adecuado implica dormir entre 7 y 8 horas y alcanzar un sueño profundo en ese periodo. Entre los efectos de un descanso adecuado están: estar más descansado, tener un mejor estado físico, aprovechamos mejor nuestras capacidades cognitivas o tener una vida más activa y un mejor humor.De manera, que si no descansamos bien podemos experimentar: falta de energías. irritabilidad, dificultad de concentración, cansancio o incluso problemas gástricos.

Para evitar estos problemas conviene tener una buena higiene del sueño la cual implica crear mejores hábitos del sueño. Entre las medidas que podemos tomar para evitar problemas de insomnio y descansar mejor están: 
  • Mantener un horario fijo para levantarse y acostarse
  • Permanecer en la cama el tiempo necesario para dormir, estar demasiado tiempo en la cama puede provocar un sueño más ligero.
  •  Evitar la siesta. En casos concretos, esta no debería ser mayor de 30 minutos.
  • Evitar la cafeína, la teína, el alcohol y el tabaco.
  • Hacer ejercicio regularmente
  • Controlar la temperatura, el ruido y la luz del dormitorio
  • El hambre y las comidas abundantes pueden alterar el sueño
  • Utilizar la cama solo para dormir
  • Evitar ejercicios intensos dos horas antes de irse a dormir.
Pedro Cortés